Esta es una de las posturas básicas del yoga. Para realizarla, párate con los pies juntos y lleva las manos unidas al pecho. Fija tu mirada a la altura de tus ojos, eso te ayudará a mantener el equilibrio. Lleva la planta del pie derecho o izquierdo a la parte interna de tu muslo o si no llegas apóyala en tu pantorrilla. Mantén la rodilla girada hacia afuera y la cadera cuadrada hacia el frente.
Puedes mantener los brazos en el pecho, o si quieres una mayor profundidad eleva los brazos al cielo manteniendo las palmas juntas. Se requiere de más concentración para esta variante. Mantén por 30 segundos mínimo y sal de la postura. Repite con la pierna contraria.
Si la practicas al aire libre, inspírate en los árboles que te rodean, te da equilibrio y firmeza para crecer muy arriba y te conecta con la tierra…
Namasté