1. Recuerda que tú debes ser tu prioridad. No te coloques en último lugar, recuerda que cuando tú estás física y mentalmente bien, le puedes dar lo mejor a tu familia.
2. Haz ejercicio. Aunque no dispongas de mucho tiempo, intenta ser constante por lo menos con 15 minutos diarios. Eso siempre sumará a tu vida pues te ayudará a despejarte y canalizar tu cansancio o frustración constante en la maternidad.
3. Aliméntate sanamente. No cometas el error de comerte las sobras de tus hijos, terminarás comiendo doble y posiblemente empieces a aumentar de peso. Tus horas de comida también son una prioridad para ti.
4. Duerme suficiente. Si todavía no duermes de corrido aprovecha espacios en tu día para hacer pequeñas siestas. Una mamá cansada y con sueño es menos paciente y más enojona.
5. Controla el estrés. Esto es inevitable, sin embargo, algo que ayuda a evitarlo es el no poner expectativas altas en tus hijos y en tus actividades. Permite que todo fluya y solo respira…
El tiempo se pasa volando, disfruta esta etapa como lo que es, algo pasajero con retos y triunfos. Al final la recordarás con mucho cariño y añoranza.